Fue ayer en el hotel
Alvear donde expuso ante lo que él llama el
"círculo rojo", en el almuerzo del
Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp).
Ahí dijo lo que realmente piensa a hacer en el caso remoto de llegar a ser presidente diluyendo la idea de valorizar al estado en su programa. Todo lo contrario.
"¿Va a haber que devaluar?", le preguntaron cuando se sentó a la mesa con los periodistas.
"Lo va a determinar el mercado".
Eso, como en los 90.
Lo escuchaban, entre otros, Adrián Werthein, Eduardo Eurnekian, Jorge Brito, Alberto Grimoldi, Alejandro y Enrique Duhau, Jorge y Germán Neuss, Jorge Sánchez Córdova, Santiago Soldati, Luis Etchevehere, Carlos de la Vega, Adelmo Gabbi, Guillermo Nielsen y Enrique Nosiglia.
Pero los más satisfechos fueron los financistas, los ruralistas y los petroleros privados, que se beneficiarían inmediatamente ante una liberalización de las tarifas y del tipo de cambio (con previsible devaluación), una disparada de bonos y acciones por afluencia de capitales externos y un recorte sensible de las retenciones a los cultivos más rentables.
Gente a la que le dice la verdad de lo que piensa.
