Ayer nos encontramos con un discurso político más cercano a la construcción de un espacio electoral. El viejo sueño de Moyano de "que alguna vez los argentinos tengan un obrero de presidente", es decir, él.
En su primer discurso después de su reelección afirmó que el nuevo Consejo Directivo "abarcará todos los aspectos de la vida nacional", definió a la inflación y a la inseguridad como "las principales preocupaciones de los trabajadores", advirtió al gobierno nacional que "mucho del 54 por ciento de los votos obtenidos en 2011 le pertenece a los trabajadores" y amenazó con que si no se reestablece el diálogo, "la respuesta de los trabajadores será en las urnas". Más adelante, sostuvo que "vamos a profundizar nuestros reclamos gremiales y a conversar con todos los sectores de la sociedad porque a este país lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie".
El capricho de seguir al frente de un pedazo de CGT no es un interés gremial.
Ha nacido, compañeras y compañeros, damas y caballeros, el Frente Moyanista.