Según la decisión anunciada por el Directorio Ejecutivo del FMI, la integración del yuan entre las divisas con las que el organismo calcula los derechos especiales de giro (DEG), su moneda nominal, tendrá lugar el 1 de octubre de 2016.
Hasta ahora, el selecto grupo de divisas que integran
la cesta del FMI está compuesto por el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina y el yen, con cuya combinación el organismo determina
el valor de los DEG, la moneda que sus 188 países miembros utilizan para sus reservas o transacciones.
Con esta decisión se considera que
el yuan se convertirá en una de las principales divisas mundiales en los próximos
quince años.
Un aporte para los que fueron críticos en la profundización de las relaciones con China tanto en las inversiones en infraestructura como el el swap para las reservas.
Pronto dirán que fue una política de estado. Una más.