Como si no fuera parte de la historia y responsabilidades del club, Mauricio Macri sentenció ayer que los hechos de violencia se relacionan "
con algo que está pasando con los valores de la Argentina". "
Estoy cada vez más convencido de que necesitamos un cambio. Lo que se vivió no es el camino que tiene que seguir nuestro país", concluyó.
El sábado
27 de mayo de 2000, cuando
Boca buscaba en la era macrista su tercer título local
(torneo Clausura),
los barras tiraron tres bombas de estruendo apenas empezado el partido en la cancha de
Newell's Old Boys.
Suspensión y quita de tres puntos.
La
extorsión daba éxito:
eran barras cercanos a Rafa Di Zeo, que buscaban legitimidad para ser incluidos en la nueva cadena de la felicidad. Su premio final fue
Tokio, ver a Boca ganándole 2-1 a Real Madrid.
Durante estos
15 años la relación de
conducción del club del PRO con barras bravas, su metodología y negocios fue permanente. Lo repasan
por acá.
Mientras para él el culpable es "algo" que está pasando con los valores del país.