viernes, 29 de mayo de 2015

sana envidia

Leemos.
"Justamente los hinchas de Racing reconocieron la gloria doméstica reciente, porque hubo aplausos y cánticos en honor al esfuerzo general del equipo y al espíritu de lucha; esa actitud de no rendirse, lógicamente entremezclados con lágrimas y el sabor agrio de la eliminación. La gran ovación de la noche en el Cilindro se produjo cuando el arquero suplente Ibáñez atajó el penal, sobre el final del primer tiempo. Y después, cuando el árbitro decretó el final, las tribunas gritaron recordando al último campeón. Fue un cierre triste, pero con la frente alta".
Sufrida y generosa hinchada. Ejemplo para los que no somos de Racing. 

2 comentarios:

soyelyugo dijo...

Cuando se vuelve luego de una situación traumática (descenso, quiebra, crisis) la actitud es otra, se siente como un tiempo extra. Todo se vive con otra dimensión. Soy de River y después de la B disfruto todo, cada punto ganado es la gloria y si nos hacen cinco goles, espero la revancha... es fútbol, nada más.

josé rubén sentís dijo...

Así es, soyelyugo. Comparto.