La nueva ley reduce del 30% al 15% los impuestos sobre las ganancias de los inversores extranjeros y ofrece mayor protección legal. Para la mayoría de ellos se establecerá también una moratoria tributaria para un período ocho años. De esta manera Cuba busca eludir el enorme efecto negativo del bloqueo por parte de EE.UU., un cerco que de cesar dispararía el desarrollo de la economía isleña, creen los expertos.
No son solo empresarios, sino también ciudadanos estadounidenses los que apoyan la medida. Un estudio del Consejo Atlántico plantea que un 56% de la población estadounidense está de acuerdo con la normalización de las relaciones con la nación caribeña y más del 60% de los norteamericanos apoya que aumenten las empresas que hacen negocios con Cuba.
Todo parece indicar que los días del embargo están contados.