miércoles, 29 de mayo de 2013

triste, solitario y pilar

Al periodista Ceferino Reato para el libro Disposición Final el dictador Jorge Rafael Videla admitió por primera vez que su dictadura mató a personas que estaban detenidas o secuestradas y que hizo desaparecer sus restospara no provocar protestas dentro y fuera del país. Cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte”. No había otra solución. Estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta. Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas”, señaló.
En cambio Videla murió en la cárcel donde fue llevado por la justicia argentina, procesado y condenado. Y sus restos sus familiares saben dónde están.
Se dice que en Pilar, casualmente al lado de los restos de su socio José Alfredo Martínez de Hoz. en el cementerio Memorial. Lleno de sombras y sin paz.

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