domingo, 13 de noviembre de 2011

la nación oculta una parte

Incorporar en una nota de La Nación a periodistas de orientación dispar no asegura neutralidad:
"Las recientes piedras contra Jorge Lanata y Magdalena Ruiz Guiñazú durante el foro de Fopea podrían tomarse como los últimos fotogramas de una película que viene sumando escenas crispadas: los afiches callejeros (sin pie de imprenta) con acusaciones contra conocidos periodistas exponiendo sus fotos; los "juicios" públicos desarrollados en la Plaza de Mayo el año pasado; los compilados de audio de distintos periodistas acusándolos de procesistas, la placa "La tienen adentro"; puesta al aire por el oficialista canal CN23 después de la victoria de Cristina Fernández de Kirchner; las declaraciones del presidente de Télam que comparaba a los periodistas independientes con prostitutas. Buena parte de los colegas ha soportado comentarios condenatorios y hasta agresiones fuera del ámbito periodístico, en la escuela de sus hijos, en el cine, en la calle. Y los ataques no parecen venir de una sola dirección, según confirman Sandra Russo -blanco de agresiones que culminaron en denuncia policial por hostigamiento- y Mario Wainfeld, que ha vivido alguna escena incómoda por su postura ante el conflicto del campo".
Sólo le falta agregar las innumerables placas de Canal 13 y TN, las tapas de la misma La Nación y Clarín o el informativo diario y sesgado de radio Mitre o la cadena de medios asociados a estos, para acercarse al fondo.
Querer instalar que es una cuestión de periodistas (militantes) contra periodistas (profesionales) es una falacia individualista. En realidad esconden que se trata de mayor democracia de opinión contra el poder concentrado de medios. Nada menos.

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