miércoles, 25 de noviembre de 2009

Cuando la onda mano dura tiene un tufillo que no me gusta



No se. Me da como cosa.
Cada dos por tres se viene la onda mano dura.
Se vienen los blumbers y los ruckaufs.
Se vienen los sherifs.

No se.
Lo que sí se, muchachos, es que desde hace treinta años, desde la policía bonaerense de Camps, es que el Estado provincial le ha ido dejando el lugar a los privados.
A los cáritas que no conocemos los resultados.
A los ex represores disfrazados de agencias de seguridad.
A las ong's de proyectos sociales que nadie evalua.
A los funcionarios porteños que no conocen la provincia profunda.

No se.
Lo que sí se es que el Estado provincial desde hace treinta años se viene retirando de donde tiene que estar.
Al lado de los débiles.
Al lado de la motivación social, los anticuerpos populares, la militancia de la vida.
Por eso cada vez necesitamos más policias.

5 comentarios:

Néstor Sbariggi dijo...

Hoy pensaba lo mismo José: el problema no es más o menos policías, el problema es que el Estado se retiró y dejó el campo libre y luego vienen los que tienen "la solución".

Y no se puede comprar llave en mano la "tolerancia cero" o la "mani pulite" de Ruckauf. No hay otra respuesta que decir lo mismo que los Blumbergs?

Saludos

Mendieta dijo...

La naturaleza aborrece del vacío. Y ni hablar la política. Lo que el Estado deja, lo ocupa otro. Lamentablemente. Saludos

Nando Bonatto dijo...

cuando no se sabe que decir y se es demagogo ante los reclamos de la gente y no hay huevos para decir la verdad, que la delincuencia no se soluciona de un dia para el otro ,se entra en cualquier verdura

Unknown dijo...

El problema es ue llegamos al punto de desencuentro entre Nación y Provincia, como qeu ahora, Nación, seguí vos sola, yo paro acá...

Siempre me pregunté que carajo de positivo tienen los estados provinciales independientes? independientes de qué? de quienes?

guille dijo...

En este tema hay que ir a los que saben ,de verdad .

ZAFFARONI: Una cosa es la frecuencia real de delitos en la sociedad, otra osa es la proyección pública de esa frecuencia y otra distinta es la manipulación partidista. Son tres cosas diferentes. La frecuencia delictiva no la conocemos. No hemos estudiado con sentido preventivo el fenómeno. Cualquier cosa que digamos es olfato. No hay una tradición de investigación seria de la frecuencia delictiva, de los perfiles de victima, riesgo y circunstancias propicias a la victimización. Desgraciadamente, todo lo que se diga es por aproximación o por sensación. La proyección pública se puede distorsionar cuando se quiere o cuando se necesita rating o no hay nada para decir. Después, tenemos el oportunismo de la lucha política en la que se tira con todo.

Mas claro ,ponele soda.