sábado, 6 de diciembre de 2008

veinticinco años de marchas y contramarchas, pero con un valor común: la libertad de elegir y participar




















25 años de democracia
Memoria y balance

El voto es un símbolo de la libertad democrática.
Logros y deudas de la democracia. Personalidades políticas y sociales evalúan avances y asignaturas pendientes. La libertad como valor irrenunciable y el desafío pendiente: la inequidad social.
















Aquellas bombas que el 16 de junio de 1955 agrietaron la Plaza de Mayo profundizaron con sangre el prolongado ataque a lo más íntimo del espíritu y el cuerpo de la Argentina. En cierta forma, ese bombardeo continuó derribando al país hasta aquel prometedor saludo triunfal de Raúl Alfonsín, el 10 de diciembre de 1983, desde el palco de la Casa Rosada. La democracia fue la herramienta elegida para iniciar la reconstrucción de ese territorio en ruinas en que se había transformado las Argentina, después de la expoliación, los crímenes y la corrupción sistemática del régimen militar.
A 25 años de aquel exorcismo, de la normalización institucional iniciada por Alfonsín y continuada por otros nueve presidentes –todos ellos abogados–, la nueva argentina demostró ser tan rica en esperanzas como en sus varias cuentas pendientes.

En su libro Dos siglos de economía argentina, el economista Orlando Ferreres aporta profusos datos para ver en la historia post dictadura tres picos marcados: uno inmediato a la recuperación del orden constitucional, un segundo momento en la crisis de 1989 y un tercer período, donde los indicadores caen de manera más abrupta y profunda: la crisis de 2001, que terminó de mostrar su alcance en 2002. En esos períodos de crisis, que en otra época hubiesen derivado en asonadas golpistas, el país demostró que la conciencia democrática está firme: nadie dudó que la solución institucional estaba en las urnas, no en los cuarteles. A pesar de las asimetrías sociales, de los abusos, de la corrupción, de la mezquindad política. A pesar de todo eso que se carga en la cuenta de asuntos pendientes de un sistema que, con todo, es el mejor que supimos conseguir.

“Yo siempre milité para que mi barrio estuviera mejor. Y hoy veo que la gente de mi barrio no está mejor. Ese es el déficit más grande. Tenemos que construir la equidad en la Argentina. Todo lo demás es chamuyo”, cruza el piquetero K, Emilio Pérsico. Otro líder social, Jorge Cevallos, agrega que aún es necesario “que la ciudadanía logre saltear el mecanismo de una democracia formal para logar una más protagónica, más participativa”. Por su juventud, las instituciones de la democracia a veces parecen ser tan endebles como la economía. Para Ramón Puerta, uno de los cinco fugaces mandatarios que ocuparon el sillón de Rivadavia tras la caída de la Alianza, “después de 25 años de democracia el país no tiene un sistema electoral transparente y seguro, ni partidos políticos fuertes”. Desde la DAIA, su presidente, Aldo Donzis, coincide: “Se necesitan instituciones fuertes porque si las instituciones están desacreditadas, se termina por perder confianza en la política”.

Un buen ejemplo de esa apertura hacia las ONGs es Poder Ciudadano. Para su titular, Laura Alonso, la gesta iniciada en el ‘83 fue “un lento pero gradual aprendizaje cívico”. “Con la democracia se abrieron causes de expresión para que distintas minorías se hagan visibles y se incorporen a la vida social activa”, señala la diputada nacional del FPV Patricia Vaca Narvaja, activa militante en los años setenta.

El sociólogo Ricardo Rouvier agrega como otro logro clave “el avance en materia legislativa en temas sociales, de derechos humanos y garantías a las minorías”. Patricio Echegaray, dirigente histórico del Partido Comunista, analiza con forma de mea culpa: “Desde la izquierda, el gran déficit fue no haber logrado conformar una tercera fuerza que pueda terciar en la lucha contra la derecha”.
Victoria Donda, hija de desaparecidos y Diputada nacional, coincide con matices: “El desacierto fue no haber logrado construir una verdadera democracia participativa. El juicio a los represores fue positivo, pero fue el primero de muchos pasos”.

Desde su mirada de luchadora por los derechos femeninos, la diputada porteña por la Coalición Cívica Diana Maffía rescata “la construcción de ciudadanía de las mujeres, una lucha que no nació con la democracia, pero que allí tuvo su institucionalización”. Hasta aquí, algunos de los méritos y los déficit de un sistema que renació, literalmente, desde las cenizas.

Cuando Alfonsín accedió al poder, la Argentina mostraba un Producto Bruto Interno (PBI) de 227.293 millones de dólares a valores constantes. Ese dato, cruzado con la variable poblacional –en 1983 habían 29.323.000 habitantes, 10 millones menos que hoy–, resultaba en un PBI per cápita de 7.751 dólares, una cifra baja comparada con los países desarrollados, pero uno de los más altos de Latinoamérica, por delante de Brasil, Chile y México, por citar tres casos sensibles. La macroeconomía, que casi nunca describe lo que pasa en la calle. Un dato significativo: el PBI per cápita de los argentinos nunca estuvo tan alto como en los años de la debacle menemista –entre el ‘97 y el ‘99 promedió los 9.221 pesos–, pero la concentración de esa riqueza en pocas manos dejó a la mitad del país en la agonía social.

Según datos del INDEC, en 1982 más del 35 por ciento de la población se encontraba por abajo de la línea de pobreza. El alfonsinismo logró bajar el índice en casi 10 puntos, pero sobre el final del gobierno tuvo un pico que arañó el 48 por ciento a fuerza de inflación y desagios. A mediados de los ‘80, el salario no era rival para la “híper”: mientras el primero había crecido un 35 por ciento, la inflación era del 625 por ciento.

El menemismo tuvo un primer momento –del ’89 al ’94– de mejoría de este indicador, pero el Gobierno del riojano terminó con una espiral que no se detendría hasta 2002, cuando el 55 por ciento de la población estuvo en situación de pobreza. Hoy las cifras son mejores, pero tienen gusto a poco: el INDEC ubica a la pobreza en el 20,6 por ciento y la indigencia en un 5,9 por ciento, lo que implica ocho millones de pobres.

Para el consultor Artemio López, “hubo 6 puntos de pobreza en los ‘70, 20 en la dictadura y hoy llegó a 30. La diferencia entre ricos y pobres era de 12 veces en el gobierno militar y hoy es del 28. Estos indicadores muestran que la democracia no ha mejorado la calidad de vida”. Según datos de la CTA, hoy mueren 25 recién nacidos, de los cuales 14 pierden la vida por causas evitables. De sobrevivir, pasarían a ser parte de esos 6.300.000 menores de 18 que son pobres. El informe resume que el 47,2 por ciento de los chicos argentinos es pobre y el 23,5 por ciento, indigente.

La salud de los pibes es, sin duda, una cuenta pendiente. La alfabetización, en cambio, es un logro. De los 7.280 establecimientos que había para el nivel primario en 1983, se pasó a 16.073 en 2003. A nivel primario y secundario, el ministro de Educación de Alfonsín, Cayetano Antonio Licciardo, tenía un universo de 6.644.626 alumnos, que en 1988 superaron los 8 millones y en 2003 llegaron a los 9.359.548. A nivel global, la democracia logró bajar de forma sensible la tasa de analfabetismo: del 6,18 por ciento que se registraba a inicios de la década del ’80, bajó a 2,61 por ciento en estos días.

“Haber recuperado el derecho a votar no alcanza para resolver los problemas esenciales: mientras haya desigualdad social y mientras los recursos económicos estén dominados por las multinacionales no va a haber verdadera democracia”, señala la dirigente del MST Vilma Ripoll. Carlos Raimundi va más allá: “En la Argentina no hay democracia”, dispara el diputado nacional por el ARI disidente. “Lo que hay es una continuidad de los gobiernos elegidos, pero la democracia es mucho más que eso”. Por su parte, el líder sindical Víctor Santamaría sostiene que “votar cada cuatro años sin interrupciones es un avance en sí mismo”, si bien admite que “aún no se discutió un proyecto de país porque la crisis nos llevaron a la coyuntura y no a lo estratégico”.

El empleo fue uno de esos problemas básicos que la democracia no supo resolver. Del 4,7 por ciento de desocupación con que el alfonsinismo asumió en 1983, trepó al 14,2 por ciento a fines del menemismo y en lo peor de la crisis de 2002 alcanzó al 24,2 por ciento de la población. Según los pronósticos y las cifras que maneja el Gobierno, el desempleo estaría en un 7,8 por ciento en el tercer trimestre del año. Pero, crisis mundial mediante, el fantasma reapareció.

“Las amenazas acechan”, advierte el sociólogo Enrique Zuleta Puceiro. “La intolerancia, la ausencia de perspectivas estratégicas, sumado al riesgo de una sociedad desencantada y tentada una vez más por el cinismo institucional”, detalla el consultor.

La libertad, dijo Almafuerte, fue hecha para ser puesta a prueba. Algo similar parece suceder con la democracia argentina. Así y todo, hace 25 años que, con mayor o menor éxito, con logros heroicos y deudas dolorosa, la conciencia institucional viene bancando la parada.



OPINIONES

Estela de Carlotto*

“Represento una generación que no tuvo una cultura democrática: nací con el golpe del ‘30 y crecí con interrupciones de gobiernos constitucionales. Tras 31 años de lucha y 25 de democracia doy gracias a la vida por haberme dejado ser parte: es triste aquel que pasa siendo sólo espectador. El próximo paso debe ser lograr que las futuras generaciones puedan vivir con dignidad. Mi optimismo es muy grande: sabremos defender esta etapa, sin empobrecimiento del pueblo.”
* Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo


Gabriela Michetti*

“Los principales logros están relacionados con el restablecimiento de las instituciones democráticas, la incorporación creciente de mujeres en niveles de decisión pública, las políticas de responsabilidad fiscal y el rol activo de las organizaciones no gubernamentales. Las deudas: la eliminación de la pobreza, la recuperación de la educación pública, el acceso a sistemas de salud públicos de calidad, un estado que garantice la seguridad de las personas y de sus bienes, y una sociedad menos violenta y más tolerante.”
* Vicejefa del Gobierno porteño


Juan Carlos Tedesco*

“El balance en educación muestra avances importantes en cobertura, formas de gobierno y contenidos curriculares. Además, se sancionaron leyes que aseguran un financiamiento educativo sostenido, garantizan la participación social y la autonomía de las universidades. Entre los logros sociales, la libertad de expresión es el bien más preciado. Las deudas: más calidad de la educación, una mejora en la distribución del ingreso que garantice no sólo la ciudadanía política sino la ciudadanía social.”
* Ministro de Educación


Federico Pinedo*

“Los principales avances: la política de derechos humanos, el respeto inicial de la división de poderes, la eliminación de la inflación, los cambios de la Corte Suprema. Entre los retrocesos o deudas, figuran el Pacto de Olivos, la pérdida del federalismo, la instalación de los superpoderes y la confiscación de los ahorros jubilatorios. Agregaría, por último, que se lograron consensos básicos pero ya no existen. Los eliminó la actual política de enfrentamiento, que no acepta el diálogo.”
* Diputado nacional del Pro


Graciela Ocaña*

“Los logros de estos 25 años tienen implícito su recuperación luego de los peores años de terror que vivió el país. El restablecimiento de las libertades públicas, la participación y la vigencia de los derechos humanos aparecen entre las principales conquistas. La democracia se debe ahora un tiempo de fortalecimiento. Es necesario discutir la distribución del ingreso para ir hacia una economía social sostenida, dar el debate de la reforma política y de la reforma judicial y hacer más sólida nuestra calidad institucional.”
* Ministra de Salud


Ernesto Sanz*

“Debemos dotar de contenido social a la estructura estatal reconquistada en 1983 y a la metodología de decisión participativa que en 25 años construimos. Esto implica una reconsideración de los modos y gestos que caracterizan nuestro accionar político. Después de 25 años en lo cuales los partidos políticos han perdido gran parte de su arraigo popular, el reto es lograr madurez institucional. Así, diálogo y consenso son dos requisitos primordiales para poder superar las complejidades y evitar la concentración del poder.”
* Senador nacional de la UCR


Hebe de Bonafini*


“Fue importante que viniera un gobierno constitucional. Pero fue un desastre el engaño de Raúl Alfonsín: tenía poder y se entregó a los militares con la Obediencia Debida y el Punto final. Carlos Menem entregó el país. Y fue positivo que Néstor y Cristina nos dieran la Esma, terminaran con las AFJP y eliminaran las leyes del perdón. Todavía falta resolver el tema de la desocupación. Y mantener en la memoria los muertos de 2001 y la necesidad de mayor educación e inversión en cultura.”
* Titular de Madres de Plaza de Mayo


Pino Solanas*

“La llegada de la política que debiera darle sustento y valor al pueblo sigue comprometida con nuestro doloroso pasado. Nos falta mucho para sentirnos orgullosos: aún padecemos la entrega de nuestros recursos; el horror de la miseria, los jóvenes sin futuro y la irracionalidad del modelo sojero. ¿Qué es la democracia sino la expresión más fiel de las necesidades y deseos de nuestro pueblo? Hacia allí vamos, no hay otro camino que el proyecto emancipador para democratizar la democracia.”
* Líder de Proyecto Sur


Carlos Heller*

“La democracia permitió que los dictadores y genocidas que la avasallaron hoy estén juzgados o presos. También permitió que, a través del ejercicio de la memoria activa, las nuevas generaciones y la posteridad sepan y comprendan el verdadero sentido del ‘Nunca Más’. Pero la democracia no pudo garantizar que nuestro país sea soberano, con justicia social y trabajo, salud y educación para todos. El desafío de la democracia es renovarse y ser palanca para un modelo de país para todos y no sólo para unos pocos.”
* Titular del Banco Credicoop


María E. Estenssoro*

“Los 25 años ininterrumpidos de democracia ya son un logro enorme. El juicio a las Juntas fue otro logro importante. La ley de divorcio, la ley de cupo y el rol que tiene hoy la mujer en la política también son avances, así como el rol que han tenido los organismos de derechos humanos. La cuenta pendiente es una sociedad empobrecida. Hemos retrocedido en cuenta a la defensa de los derechos económicos y sociales, al tiempo que hubo un crecimiento de la corrupción, que es la contracara de la pobreza.”
* Senadora nacional de la CC


Victor De Gennaro*


“Nuestro pueblo avanzó en niveles de democratización de las estructuras sociales, sindicales, económicas. Hubo avances en organizaciones populares para la defensa de los derechos humanos. Se logró mayor conciencia popular y la Corte Suprema emitió una resolución alentando a la democracia del sector del trabajo. Pero falta un correlato de esa democratización en las estructuras del Estado. Y cambiar el modelo económico que inventó la pobreza, el hambre y la concentración en muy pocas manos.”
*Dirigente de la CTA


María A. González*


“La distribución de la riqueza es una asignatura pendiente. Nos trasformamos en un patria financiera y temas como la educación y la seguridad social hoy no ocupan el lugar que deben tener. Lo que más valoro es, justamente, la continuidad democrática. Así como la reivindicación de los derechos humanos y la renovación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Pero la democracia necesita que sigamos trabajando. Y esto va más allá de cualquier uniforme.”
* Diputada nacional del SI


Juan M. Abal Medina*


“El principal logro es paradójicamente que se cumplan 25 años y que hoy para la gran mayoría de los argentinos no esté en discusión que sólo podemos ser un país normal y civilizado si respetamos las instituciones democráticas. El mayor déficit es que todavía no logramos construir un sistema partidario sólido y pragmático con alternativas reales. Asimismo, los índices referentes a la distribución de la riqueza, al nivel de empleo, la pobreza y la indigencia aumentaron negativamente.”
* Vicejefe de Gabinete


Pacho O’ Donnell*


“Hay un predominio del mercado sobre la democracia y eso genera exclusión, analfabetismo y enfermedad. Ahora, la principal patología de estos 25 años ha sido –y es– la corrupción, el enemigo extraordinario de este sistema republicano por el retaceo de importantes sumas de dinero y porque de lo más elevado de la escala social baja una ejemplaridad negativa. Lo mejor ha sido que los argentinos no volvieron a pensar que un golpe militar podría resolver estos problemas.”
* Historiador



Adrián Pérez*


“A partir de la recuperación de la democracia, la sociedad argentina hizo un cambio cultural profundo: se volvió más respetuosa de las diversidades. Sin embargo, no se logró consolidar un desarrollo económico sustentable basado en la justicia social, en la distribución equitativa del ingreso y en el respeto irrestricto de los derechos sociales y económicos. Por otro lado, las prácticas corruptas de los últimos gobiernos violentaron las reglas básicas de convivencia ciudadana y las instituciones de la República.”
* Diputado nacional de la CC


Osvaldo Bayer*

“Vivimos en un estado de derecho pero no de verdadera democracia. Democracia no sólo votar sino que todos tengan un techo y una vida digna. La Justicia no fue limpiada; tampoco la policía o las fuerzas armadas. Ocurrieron cosas increíbles como permitir que el peor de los asesinos de uniforme, el general Bussi, fuera electo gobernador. O que Aldo Rico o Luis Patti se presentaran en elecciones. Lo positivo: la lucha de los organismos de derechos humanos que impulsaron el juzgamiento de asesinos dictatoriales.”
* Historiador y periodista


Hugo Yasky*

“En el haber pongo la batalla en derechos humanos, la existencia de una Corte Suprema que ejercita la autonomía y la probidad, la construcción de una política exterior que rompe con las ataduras con Washington y el remontar la cuesta de las privatizaciones, la municipalización de la escuela pública y la privatización de las jubilaciones. En el debe, queda una mayor distribución de la riqueza, reformas en cuestiones financieras y tributarias, el otorgamiento de la personería gremial a la CTA y la definición de un nuevo orden jurídico que regule a los medios y democratice el acceso a la palabra y a la información.”
* Secretario General de la CTA



Eduardo Macaluse*

“La gran deuda que la dirigencia política tiene es que haya un 30 por ciento de la población con dificultades para comer y con derechos sociales conculcados. El otro punto es la falta de lectura del consenso, que hace imposible generar políticas de Estado por la división rígida y binaria entre oficialismo y oposición. Tenemos una deuda como sociedad: es la forma en que seleccionamos a nuestros representantes por la dualidad entre lo que decimos y lo que votamos. De todos modos, creo que se está consolidado el sistema de alternancia, con más debate de ideas, que permitirá avanzar hacia una democracia más profunda.”
* Diputado nacional del SI


Patricia Walsh*

“Caída la dictadura militar, se construyó impunidad. Punto final, obediencia debida e indultos a los genocidas. Pero nuestro pueblo conquistó la nulidad de las leyes. No fueron los Kirchner, sino la iniciativa legislativa y movilización. Como hija de un desaparecido, valoro como victoria la reapertura de las principales causas judiciales. Pero falta. En su Carta Abierta, mi padre denunciaba ‘la miseria planificada que castiga a millones de personas’. Esa lucha sigue hoy.”
* Legisladora porteña de Nueva Izquierda


Luis D’ Elía*


“El principal logro es en materia de derechos humanos. También destaco la integración de nuestra democracia con las de otras regiones. El Mercosur es la contracara de lo que fue el nefasto Plan Cóndor. Y creo que hacer crecer el PBI por 6 años seguidos es un logro. Lo que falta es, sin dudas, acabar con la pobreza y la indigencia, esa es la deuda más grande de la democracia con el pueblo. Pero creo que por primera vez le estamos torciendo la muñeca a los banqueros y financistas, algo impensado años atrás.”
* Líder del FTV


Marta Maffei*


“Con la llegada de la democracia hubo un retroceso del militarismo. En términos económicos, logramos desmitificar la idea de la economía como una variable aislada y neutral. Sin embargo, también creció la injusticia respecto a la distribución del ingreso. El modelo sigue favoreciendo a unos pocos a costa de la exclusión, del trabajo en negro, de la miseria. Es una etapa de contradicciones. Se habla de derechos humanos como nunca pero en la práctica esos derechos no se defienden.”
* Docente y ex diputada del ARI


Ricardo Forster*

“Más de dos décadas de estabilidad democrática muestran que los argentinos aprendimos que sin un estado de derecho y sin una trama de legalidad real y efectiva, lo único posible es la violencia y la oscuridad. Hay que huir a la idea de democracia concensualista y vacía para empezar a pensarla como ese ámbito donde se dirimen conflictos sin extirparlos. La mayor carencia de estos años es la incapacidad de construir un modelo de vida que sea inclusivo y no excluyente como ha sido hasta ahora.”
* Filósofo


Luis Juez*

“Soy un convencido de que este cuarto de siglo sirvió para que los argentinos puedan tener en claro que la democracia vino para quedarse como expresión política. Aunque esta misma democracia se encargó de dilapidar las instituciones y destruir algunas ilusiones. El clientelismo político está más vigente que nunca y constituye un retroceso. En el ‘83, se tenía la certeza de la existencia de una mística. Hoy, en cambio, la militancia es una herramienta de conveniencia personal y los dirigentes tienen un nivel de trasgresión política que deteriora la calidad institucional.”
* Ex candidato a gobernador por Partido Nuevo


Claudio Lozano*


“El mayor logro tiene que ver con las mejoras en el desarrollo de las experiencias de organización popular en el plano del movimiento social. Sin embargo, vemos los límites que rebelan las instituciones democráticas a la hora de propender la participación popular y eliminar la concentración de poder del Ejecutivo. A partir del 2001 comenzó una nueva etapa política con logros como la renovación de la Corte Suprema y el juicio a genocidas. Pero es en el marco de estos avances que se han saqueado los recursos naturales y aún no hemos podido replantear las condiciones que ocasionan que la riqueza esté concentrada y la desigualdad social esté acentuada.”
* Diputado nacional y economista de la CTA


Alcira Argumedo*


“El primer gran logro fue acabar con el terrorismo de Estado y, gracias a la epopeya de los organismos de derechos humanos, enjuiciar y condenar a los genocidas que nos hicieron ver el infierno. Pero con la democracia no cambió la estructura de poder económico-financiera y en 25 años ningún gobierno mostró voluntad política para revertir ciertas secuelas vinculadas a la redistribución del ingreso. A pesar de que tuvimos seis años de crecimiento al 9 por ciento, el porcentaje que le llegó a los trabajadores fue ínfimo.”
* Socióloga



Juan Cabandié*

“Hubo un avance significativo en derechos humanos, con juicios paulatinos a los responsables del terrorismo o la instalación de museos conmemorativos. A partir de eso, se construye un estado de derecho real. Es cierto que uno pone en duda la democracia cuando quedan cuestiones sociales sin resolver y no se tocan los intereses de aquellos que quieren la democracia para todos. Nadie escapa a lo perfectible pero la estatización de las AFJP o la recuperación de los salarios generan esperanzas.”
* Legislador porteño del FPV


Ricardo Monner Sans*

“Los que defendimos a los perseguidos durante la dictadura idealizamos el día siguiente. Por eso, el choque entre nuestro ideal y la realidad fue fuertísimo. Quizás la frase de ‘la casa está en orden’ significó la renuncia a la gran movilización nacional que hubiéramos podido conseguir. La claudicación en el Pacto de Olivos implicó reelecciones penosas y corrupción. Entre los aciertos hay que destacar el afianzamiento de la conciencia de los derechos humanos, la reforma de la Corte y la desaparición del partido militar.”
* Abogado


Edgardo Depetri*


“Desde el ‘85 al 2001, la democracia representó los intereses de los grandes grupos concentrados. Se vació de contenido y se produjo una gran estafa, con gobiernos que llegaron con el voto de los pobres y terminaron gobernando para los ricos. El proceso se altera en 2003: el Gobierno representa las ansias de mejorar la calidad de vida de la población sobre la base de la memoria. Lo pendiente: una nueva representación sindical, política y social que proyecte un cambio del modelo de redistribución de la riqueza.”
* Diputado nacional del FPV


Ricardo López Murphy*

“El 30 de octubre de 1983 significó la reconstrucción de nuestras tradiciones y esperanzas. Pero la democracia no solucionó los principales problemas como nación. No consolidamos nuestras instituciones. Tampoco constituimos una sociedad productiva ni logramos movilidad social. El programa de la democracia debería expresarse en cuatro valores: la ciudadanía en clave de república; la libertad efectiva; la tolerancia de la diversidad; y la fraternidad, más allá del interés económico.”
* Titular de Corriente de Convergencia Federal



Graciela F. Meijide*


“Tras la última dictadura militar, quedó instalado en la sociedad que el ‘orden’ que pueden imponer las fuerzas armadas no es un remedio para ninguna situación. Creo que todavía hay dos grandes obligaciones incumplidas. El fortalecimiento de las instituciones y el nivel educativo, de los mejores que tuvo América latina y que está retrocediendo: no se incorpora a jóvenes marginados y, junto con la falta de redistribución, provoca que no haya movilidad social.”
* Ex ministra de Desarrollo Social de la Alianza


Daniel Rafecas*

“Como desaciertos, entiendo que la percepción de lejanía que tiene la ciudadanía respecto de la clase política está en el primer orden de consideración. En el marco del sistema penal, fue un desacierto no avanzar en la democratización policial y penitenciaria. Entre los aciertos destaco el alejamiento definitivo del autoritarismo como opción de poder, la renovación de la Corte, la incorporación de minorías en distintos espacios y los escasos episodios de violencia por cuestiones políticas.”
* Juez federal



Aníbal Ibarra*


“Hay algo central como logro: el sistema democrático quedó instalado en la vida política de los argentinos. En épocas anteriores, por mucho menos de lo que pasó en el 2001, se hubiera recurrido a un golpe de Estado. Con marchas y contramarchas, se puede avanzar sobre los derechos humanos aun confrontando con corporaciones, como la militar. Como déficit señalaría que la Argentina sigue siendo profundamente desigual y no tiene fortaleza institucional.”
* Legislador porteño de Diálogo por Buenos Aires



Jorge Altamira*

“La democracia es un régimen político, no un modo de vida colectivo. No aportó nada al mejoramiento social. El encarcelamiento de represores fue conquistado por la movilización popular, en oposición a la voluntad de los gobiernos. Este régimen sirvió para retener la legislación de las dictaduras, conservar su aparato judicial, represivo y administrativo, acentuar la explotación de la clase obrera y la pobreza, provocar bancarrotas y rescatar a los grandes capitales. Ahora, le suman el paco, la efedrina y el narcotráfico.”
* Dirigente del Partido Obrero


León Arslanián*

“Hemos comprobado que es posible el crecimiento económico en democracia pero aún debemos consolidar las instituciones, relegitimizar los partidos políticos y resolver la crisis de representatividad que hoy divide el país. Debemos hacer un esfuerzo y fortalecer los instrumentos democráticos, es decir, abrir canales de participación para que la sociedad se involucre en el que hacer diario, en la vida política. Pese a que la equidad social es la gran asignatura pendiente, palpito un buen futuro.”
* Ex juez y ex ministro de Seguridad



Rafael Bielsa*

“Estos años pusieron de manifiesto un grave problema relacionado con la cultura nacional. La democracia no puede ser más perfecta que la suma de nuestras imperfecciones. Lo que avanzamos con el juicio a las Juntas lo desanduvimos con Semana Santa. Frente a cada ‘causa nacional’, al tiempo giramos 180 grados. Llevamos la democracia a los tumbos. No hay temas en los que haya consenso nacional. Quizás el hecho simbólico más importante desde el ‘83 es habernos desendeudados del FMI.”
* Ex canciller y ex diputado nacional del FPV


Felipe Pigna*


“Se recuperó la calle, la cultura, la música, la posibilidad de expresarse. Se avanzó en la justicia con los genocidas, la recuperación de las formas de la democracia y el ejercicio de la opinión publicada. Nuestro cine alcanzó buen nivel y las organizaciones sociales crecieron en organización y concreción. Pero falta mucho: la clase política no está a la altura de las expectativas, hace falta que definamos el rol del Estado y tengamos más educación, salud y seguridad social. Las no políticas de niñez hablan de imprevisión.”
* Historiador

equipo periodístico de veintitres